miércoles, 14 de abril de 2010

El sincericida


Lastimé a mucha gente siendo real. Ahora opto por autodestruirme textualmente antes de generar más dolor. Elegí sobrevivir en el sincericidio literario en todas sus formas y deformidades. Aún me importa no negar mi esencia aunque apenas sea en una sopa de letras. Me pasaron cosas indeseables y, en sus respectivos mientras tantos, tuve tres caminos: negarlas o hacerme cargo. La tercera opción fue mi purgatorio emocional. Las mandé ahí a ver qué les pasaba. Algunas se pudrieron, otras resucitaron más fuertes.
El “siempre” y el “nunca” no existieron a menos que me los creyera o creara. Paradójicamente en mi tiempo, estas líneas van llegando a su final (no necesariamente a su fin) y si alguien las está leyendo es porque aún sobreviven para que ese mismísimo alguien (o Alien quizás) decida si quiere seguir conociendo algo más que este relato que por auto y micro limitaciones, ya acabó.

2 comentarios:

Mariam dijo...

Yo te veo Kimosawe.

F dijo...

Mariam, siempre Mariam. Te quiero!