martes, 11 de marzo de 2008

It smells like shit spirit…


Siento que es más fuerte el deseo de autodestrucción. Será que aún no aprendo como defenderme de mí mismo. Es ahora cuando siento que soy mi peor enemigo. No tengo manera de encontrar la paz. Se aleja sin despedirse desde hace mucho tiempo. Me encierra en mí mismo y me impide relacionarme con lo externo. Es ahora cuando me doy miedo. En este momento ya no dependo de mí. Me transformo en impulso autodestructivo. Por alguna razón me llevó a escribirlo. Será que en el fondo aún quiero defenderme. Lo tengo dentro de mí desde hace mucho y es realmente fuerte. Por momentos creo (o me hace creer) que me fortalece cuando lo que hace realmente es destruirme sin prisa y sin pausa. Es la muerte disfrazada. ¿Cómo alejarlo? Es mi peor fantasma, mi zona oscura e indescifrable. Me lleva por caminos que me alejan de quienes me quieren o pretenden hacerlo. Parece que le tengo miedo. Pero si lo enfrento me derrota. Una y otra vez. ¿Por qué me hace sentir cómodo? ¿Acaso el deseo de autodestrucción va de la mano de mi idea de trascendencia e inmortalidad? Es mi gran paradoja. Si vivo para trascender y ser recordado, ¿por qué no vivir más? Tengo miedo de seguir creciendo. En realidad no me agrada la idea de ser un adulto en el sentido convencional. Quizás sea ese no-deseo una parte de lo que me lleva a la autodestrucción “antes que sea tarde”. La misma ansiedad de trascender me lleva a apurarme. Es ahora cuando extraño que me cuiden. Intuyo que si no me cuidan, moriré antes de lo previsto…
El miedo a no tener miedo me hace pensar que moriré joven. La curiosidad me tienta a ver qué hay “más allá”. Necesito la experiencia. La fe no me alcanza…

1 comentario:

Pablo Zama dijo...

problemas de existencia. me pasa a menudo. es como que el no-ser tiene algo cautivante. pero repentinamente me doy cuenta que tal vez el no-ser es dejar de pensar que el túnel de la vida encierra en sí salidas que, es probable que revista algo de anestesia, proclama que el más allá siempre será la duda, la idea de infinitud con la que necesitamos perdurar. la defensa a veces se parece mucho a la autodestrucción, pero en realidad lo que hacemos, creo, es pensar este estar, este existir, para salir de los miedos a crecer que son comunes a todos, pero que sólo algunos se detienen y lo piensan. vivir con la sensación permanente de estar colgado de un andamio es la incertidumbre que le da a la existencia su carácter de sorpresa y sorprenderse, como dice ortega y gasset, es empezar a entender, entender la vida.....

un abrazo! muy bueno el blog.

zama.